La maternidad sigue siendo una condena laboral en un sistema que no reconoce el valor de criar. Esta historia real expone cómo miles de mujeres son excluidas del mundo profesional solo por convertirse en madres.
Me despidieron dos veces. Y no, no fue por ser madre… ¿o sí?
Me han despedido dos veces.
Y sí, las dos veces pensé que me lo merecía, incluso que si hubiera sido mi propia jefa, también lo hubiera hecho … o eso creía entonces.
Hoy tengo otra perspectiva. No se trata de señalar «culpables», de hecho terminé valorando mucho la experiencia para confrontarme con nuevas posibilidades, pero sí quiero contar el otro lado de esa realidad porque visibilizar el problema es el primer paso para transformarlo, y porque si algo tengo claro, es que no fui la primera ni la última mujer que ha tenido que poner en pausa su carrera, de manera muy forzada en este caso, pero justo cuando más la necesitaba: al convertirse en madre.
Esta es una historia real, pero también una llamada a la acción: la maternidad sigue siendo una condena laboral en un mundo que no reconoce el valor de criar y tenemos que cambiarlo.
Dos veces despedida, siendo madre reciente
La primera vez fue en 2022. Tenía una posición regional en una startup que sigue creciendo. Estaba a cargo de un equipo increíble, pero tenía solo cuatro meses postparto cuando empecé. Mi cuerpo, mente y emociones estaban fragmentados. Sin seguimiento médico adecuado, con el sueño interrumpido, un desbalance hormonal evidente y una profunda exigencia emocional, pensé que podía dar el 100%. No podía.
No era falta de voluntad. Era una realidad física y mental.
La segunda fue en 2023. Otra posición regional, esta vez en un equipo global. Horarios internacionales, proyectos exigentes, y una hija que aún no dormía toda la noche. No se trató de que “no quisiera”, simplemente no podía. Estaba desconectada de mi capacidad plena, operando en modo supervivencia.
Por mucho tiempo, sentí que no daba el ancho. Que mis jefes tenían razón. Pero con distancia, entendí que el problema no era mi falta de compromiso o talento. El verdadero problema es un sistema que exige que las madres sigan operando como si nada hubiera cambiado.
Ser madre y profesional: un conflicto estructural, no individual
Lo dicen los datos, no solo las historias:
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1 de cada 2 mujeres en México ha enfrentado discriminación laboral por embarazo o maternidad.
(ENDIREH, 2021) -
75% de las mujeres que dejaron de trabajar después de tener hijos lo hicieron por falta de condiciones para combinar ambas tareas.
(UNICEF & ONU Mujeres, 2022) -
El trabajo de cuidados no remunerado representa el 23.5% del PIB si se contabilizara económicamente.
(INEGI, 2022) -
En América Latina, las mujeres dedican el triple de tiempo que los hombres a tareas de cuidado no pagadas, lo que afecta su salud, empleabilidad e independencia.
(CEPAL, 2021)
¿En qué momento normalizamos ignorar la crianza?
¿Por qué damos por hecho que una madre recién parida debe seguir operando como si nada? ¿Quién decidió que criar no es un trabajo profesional? ¿Por qué criar se considera una elección individual y no una responsabilidad colectiva?
Las niñas y los niños no se crían solos. La maternidad sostiene a la humanidad entera, y sin embargo, es penalizada más que cualquier otra “ineficiencia” laboral.
¿Qué sigue? No se trata solo de regresar al trabajo
A casi 4 años del nacimiento de mi hija, sigo sin dormir bien (pero ya por otras razones).
Hoy tengo claridad. Estoy lista para trabajar con todo mi foco, pero también para cambiar las reglas del juego.
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No quiero recuperar el mismo puesto,
quiero que ser madre no te saque del mundo profesional. -
No quiero romantizar el sacrificio,
quiero condiciones reales de cuidado, equilibrio y dignidad laboral. -
No quiero quedarme callada,
quiero hablar con experiencia, con datos, y con otras mujeres.
Si tú también has sentido que la maternidad te sacó del mapa profesional…
No estás sola.
Y no es tu culpa. Mucho menos de la novísima criatura.
En What The Future creemos que la educación para el futuro también debe transformar el mundo laboral. No basta con formar a los talentos del mañana si seguimos expulsando a quienes hoy sostienen la vida.
Exijamos políticas públicas, licencias dignas, horarios humanos, y un nuevo paradigma laboral que entienda que criar no es una carga: es un acto de futuro.
Porque si criar no es el trabajo más importante, entonces ¿cuál es?
Fuentes
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ENDIREH (INEGI, 2021)
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UNICEF & ONU Mujeres (2022)
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INEGI (Valor económico del trabajo no remunerado, 2022)
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CEPAL (Estadísticas de uso del tiempo en América Latina, 2021)